Parque nacional de las Cevenas, para vivir feliz...

Situado al borde del Macizo Central, el Parque nacional de las Cevenas se encuentra protegido de los grandes flujos de circulación. Durante mucho tiempo, sus relieves de baja y media montaña lo convirtieron en un lugar ideal para aquellos que, para vivir felices, vivían ocultos. Un refugio fuera del mundo y de nuestros hábitos de vida que promete autenticidad y tranquilidad a todos los que decidan aventurarse a través de sus rutas secundarias.

Situado al borde del Macizo Central, el Parque nacional de las Cevenas se encuentra protegido de los grandes flujos de circulación. Durante mucho tiempo, sus relieves de baja y media montaña lo convirtieron en un lugar ideal para aquellos que, para vivir felices, vivían ocultos. Un refugio fuera del mundo y de nuestros hábitos de vida que promete autenticidad y tranquilidad a todos los que decidan aventurarse a través de sus rutas secundarias.

En busca de autenticidad y de generosidad

Aquí, el turismo es responsable y local. Va mucho más allá de un simple acto comercial, pues lo que le da vida son la autenticidad, el respeto por el medio ambiente, los encuentros y el diálogo con los habitantes. Al encanto de los paisajes se añade un espíritu de sencillez y generosidad.

¿Sabrás abrir los ojos y aguzar el oído para recibir con respeto y admiración los tesoros naturales de las Cevenas, ocultos en el interior de un profundo valle o en el lecho de un río?

En la llanura del río Tarn, tierra de trashumancia

Visita una tierra emblemática del sistema agropastoril, cargada de historias de trashumancia. En la llanura del río Tarn, poblada de pequeños caseríos de granito, reina una atmósfera única. Además de cruzar el Tarn, cuyo nacimiento está cerca, allí uno se va encontrando sucesivamente con pastos, landas, bosques, turberas y prados de altitud frecuentados por los trashumantes. En esa tierra se encuentra Mas Camargue, una inmensa propiedad agrícola mencionada desde el siglo XV, hoy punto de partida de un sendero de interpretación.

Buscar los tesoros del valle del río Bonheur

Este largo valle se dibuja entre una colina de pasto y un bosque. En todas las estaciones, numerosos arroyos riegan sus praderas floridas donde pastan las vacas y pacen las ovejas. El río Bonheur se pierde bajo la meseta de Camprieu y vuelve a surgir, en forma de cascada, al pie de una impresionante grieta. Entre otros secretos bien conservados, el valle alberga las ruinas de la abadía del Bonheur, un bosque del siglo XVIII y el retrato de Georges Fabre. Si abrimos bien los ojos podremos percibir, en el cielo, las acrobacias de un reyezuelo sencillo.

Dejarse guiar por el barranco de Champernal

En este barranco dominado por un impresionante viaducto, las actividades humanas llevan mucho tiempo combinándose con los caprichos del clima mediterráneo para dar lugar a un sorprendente ecosistema. Entre la abundancia de una naturaleza en perpetua evolución y la quietud de los vestigios del pasado, un camino permite descubrir este lugar secreto a través de cursos de agua, una pasarela, terrazas, un antiguo ferrocarril y un viaducto.