Parque nacional de Port-Cros: patrimonio cultural intacto

Las islas del Parque nacional de Port-Cros son testigos de la historia del ser humano. Todo en ellas parece haber resistido al paso del tiempo, desde los restos de navíos antiguos hasta los fuertes y baterías militares construidos entre los siglos XV y XX. Forman un patrimonio cultural que los amantes de la historia admirarán y disfrutarán.

En la península de Giens, en la rada de Hyères o en torno a los árboles frutales de Porquerolles, el Parque nacional de Port-Cros ofrece un patrimonio cultural excepcional. Son varias las tradiciones que se mantienen, como la pesca artesanal. Todavía hoy se puede observar la eterna flota de barquetas y otras barcas de pesca tradicionales desde los puertos históricos de Les Oursinières, del Niel y de la Madrague de Giens. Una oportunidad para descubrir los saberes ancestrales que dan vida a este paraíso marino.

Porquerolles, joya cultural del Mediterráneo

Los paisajes provenzales de Porquerolles, sembrados de fortificaciones que se funden en la roca, albergan espléndidos árboles frutales y colecciones con variedades únicas, protegidas por el Conservatorio Botánico Nacional Mediterráneo. Los antiguos olivos silvestres, los alcornoques en los fondos de los valles, así como las huellas de las granjas romanas, reflejan un largo pasado agrícola que el Parque nacional ha heredado de la Grecia Antigua.

Descubrir a los centinelas de piedra de la rada de Hyères

La rada de Hyères presenta un interés marítimo estratégico reconocido desde la Antigüedad, por lo que siempre ha parecido necesario protegerla. Para defenderla, a lo largo de las épocas se fueron construyendo centinelas de piedra que sirvieron de refugio para los navegantes, de guarida para los ladrones o de puesto de avanzada para vigilar la rada de Toulon. Algunos ejemplos son el fuerte Sainte-Agathe en Porquerolles, del Estissac en Port-Cros o del Pradeau en Giens. Hoy, pueden observarse más de 15 construcciones militares en las islas de Porquerolles y Port-Cros.

Perderse entre los árboles frutales de colección de Porquerolles

El Conservatorio Botánico de Porquerolles gestiona 180 ha de tierras agrícolas, almacena las semillas de 2.000 plantas y colecciona especies poco comunes, silvestres o endémicas, así como variedades antiguas de árboles frutales. Los visitantes podrán dejarse conquistar libremente o con un guía por estos encantadores árboles frutales típicos del Mediterráneo, e incluso recolectar su fruta. Para prolongar este regreso al pasado, tómate el tiempo de observar las aspas y la mecánica del Moulin du Bonheur, un molino restaurado que se mueve igual que hace tres siglos.

Descubrir las antiguas salinas de Hyères

Situadas entre el extremo oriental de Hyères y la península de Giens, las salinas de Hyères ofrecen un refugio excepcional a las aves migratorias, flamencos rosados y otras aves zancudas que pueden contemplarse desde la costa. La sal, resultado de la alquimia entre el mar, las lagunas, el generoso sol y el mistral, parece haber sido utilizada desde el siglo IV a. de J. C. por los habitantes de Olbia, ciudad antigua, para las salazones de pescados y los tintes de púrpura. Un lugar cargado con una historia local milenaria que puede descubrirse con la ayuda de un guía.