Parque nacional de la Vanoise: ¡vive la experiencia de un refugio!

Los refugios del Parque nacional de la Vanoise que dominan los verdes valles son accesibles para todos los amantes de la montaña. Se descubren a pie siguiendo los senderos señalizados que serpentean las praderas alpinas. ¡Atrévete a probar la experiencia de un refugio!

Los refugios de montaña suelen ofrecer unas vistas excepcionales de las cumbres que los rodean. Los sentidos se despiertan al contacto con esa naturaleza exuberante de flores y mariposas donde tintinean los cencerros de las vacas de raza Tarentaise y Abondance, haciendo eco al silbido de las marmotas o al estruendo de los torrentes. Algunos senderistas escrutan el horizonte en busca del quebrantahuesos. Al caer la noche, el cielo se descubre, constelado de estrellas, tan cerca que parece que casi podríamos tocarlas. Un pequeño paraíso que no es para nada inaccesible.

El espíritu de los refugios: una experiencia extraordinaria

En un entorno grandioso, aunque a veces hostil, el guarda del refugio enriquece la experiencia de los visitantes, ya sean neófitos o alpinistas experimentados. En el refugio, los ocupantes se conocen y confraternizan en la sala común. ¡Las grandes mesas llenas de comensales invitan al diálogo! En un ambiente alegre, cada uno aporta su contribución a la organización y la simbiosis de la comunidad. Además de ser el cocinero y el gestor del refugio, el guarda muchas veces también resulta ser un excelente narrador, un experto en la fauna alpina o un gran amante de la astronomía. En esos casos, la noche en un refugio se convierte en un viaje iniciático.

Deambular por los senderos del valle del Orgère (alt. 1 890 m)

El valle del Orgère, al que dio forma un glaciar que se retiró hace 1200 años, posee una naturaleza excepcional suspendida sobre el valle de la Maurienne. Allí, un bosque silvestre de pinos cembro y píceas se codea con prados cuidados por varias generaciones de campesinos. ¡Hay árboles con más de 600 años! Un sendero de interpretación permite visitar este pequeño paraíso alpino siguiendo un fácil recorrido de 4,3 km. Al final del camino, te esperará la maravillosa experiencia del refugio del Orgère, donde los senderistas comparten un momento de descanso vigilados por la solemne aguja Doran.

Recorrer la reserva natural nacional del Plan de Tuéda (alt. 1 700 m)

En el límite occidental del Parque nacional de la Vanoise, la reserva natural del Plan de Tuéda se extiende desde 1990 del lago del mismo nombre al glaciar de Gébroulaz. En los dos márgenes del Doron, la reserva protege 1100 hectáreas de un medio natural excepcional. Un sendero de interpretación permite observar una gran variedad de ecosistemas: el pantano, los taludes rocosos, los prados pastados y las orillas de los arroyos. Sobre todo, esta aventura bucólica conducirá a los visitantes al bosque de pinos cembro, que convierte a esta reserva en un lugar único y protegido.

Soñar a orillas del lago de La Plagne (alt. 2 140 m)

El lago de La Plagne es un lago natural de 19 metros de profundidad, y de un azul intenso que contrasta con el verde de las praderas alpinas y el blanco de las cumbres nevadas. Sus aguas, a las que se accede por un sendero señalizado desde el precioso refugio de Rosuel, están pobladas de truchas fario, de manantial y de lago. El camino para alcanzarlo, situado en el mítico sendero GR®5, permite admirar numerosas cascadas y recorre el Ponturin con un desnivel de 600 metros. Una larga caminata en el corazón del Parque nacional de la Vanoise, donde las marmotas y las cabras montesas te invitarán a disfrutar de un momento fuera del mundo.