
lieu-dit Grizac
48220 Le Pont-de-Montvert
Francia
Desde que tiene uso de razón, Norbert Chardon ya soñaba con la naturaleza:
De niño coleccionaba fotos de animales, igual que mis amigos coleccionaban canicas. De hecho, siempre quise trabajar en la naturaleza.
Tras estudiar biología y geografía, el joven de Valentines desempeñó distintos trabajos: "Fui director de centros de vacaciones, trabajé con niños en el mundo del deporte ...". Como guía de media montaña, supervisa actividades de piragüismo, barranquismo, espeleología, senderismo y montañismo Pero siempre estuve buscando un trabajo en el medio ambiente".
Entonces entró como guía en varias asociaciones de protección del medio ambiente, construyó casas de madera, hizo acrobacias y, justo después del tsunami de 2004, se marchó al extranjero, a una ONG de la India, para llevar a cabo proyectos con niños: "Recreamos vínculos entre pueblos pesqueros que habían quedado destruidos organizando eventos deportivos" Allí permaneció cuatro años.
A su regreso, en 2008, vio un anuncio de la LPO para un puesto de responsable del programa de la Liga para la Protección de las Aves en las salinas de Hyères.
No sabía mucho de Hyères ni de aves, pero tenía experiencia en gestión de equipos y como guía de naturaleza.
Hoy se declara feliz de haber tomado esta decisión:
Estoy muy contento aquí, la zona de Hyères es fabulosa; a nivel naturalista es muy rica, y es una de las costas más bonitas que hay. Hay una diversidad extraordinaria en el mismo municipio, con la zona más rica en aves de la región después de la Camarga. En la marisma de Pesquiers, hay 350 especies en sólo 900 hectáreas, entre ellas 140 especies de aves migratorias.
Ahora responsable del Var para la LPO, Norbert coordina varios programas en el departamento:
Pero sigo sobre el terreno, desde hace más de 13 años. Es muy agradable y gratificante. Me gusta transmitir conocimientos, si no los transmites no sirven de mucho. 15.000 personas participan cada año en nuestras visitas a los dos yacimientos de las Salinas de Hyères y acogemos a unas 130 clases de la metrópoli, es decir, 5.000 niños que vuelven año tras año. Esto es muy alentador porque están destinados a ser sensibles a los entornos naturales y a la ecología.