Le Pouget
48800 Pourcharesses
Francia
De Solliès-Pont, donde pasó su infancia, a Toulon, donde estudió y obtuvo su primer puesto de profesora en 2001, Émilie Pascail siguió un camino trillado...
Hasta que, a los 33 años, se dio cuenta de que a menudo había dejado que otros decidieran lo que era bueno para ella. Una toma de conciencia, un encuentro, una primera clase de yoga gracias a una amiga que acababa de volver de Asia..
Y entonces ocurrió algo. Volví a conectar profundamente con mi cuerpo. Empecé a practicar a menudo. Muy pronto sentí que era mi vocación y enseguida sentí el impulso de compartir el bienestar que me proporcionaba.
Émilie empezó a formarse como profesora en la escuela Yama de Aix-Marsella. Solicitó un permiso de formación al Ministerio de Educación francés y se formó en yoga prenatal, yin yoga, yoga aéreo y masajes energéticos y de bienestar.
Cuando vuelvo a clase, empiezo a establecer pequeños rituales con mis alumnos para enseñarles a estar más atentos, más concentrados y a liberar tensiones..."
Una inspectora "benévola y muy abierta" la apoyó cuando decidió hacer el curso RYE (Research on Yoga in Education) aprobado por su administración. "Como llevaba quince años trabajando en una REP (Agrupación de Educación Prioritaria), obtuve un puesto adicional de profesora a tiempo parcial centrado en proyectos de clima escolar y bienestar en la escuela, lo que me permitió trabajar este aspecto en escuelas primarias y secundarias". Ayudó a crear la asociación Yoga Sukha en Valette-du-Var, donde da clases de yoga y también trabaja en hospitales de día y empresas.
Tomar las riendas de su vida la devuelve a otra de sus aspiraciones más profundas:"Siempre he necesitado la naturaleza. Solía pasar todas mis vacaciones en Champsaur (05) con mis abuelos, en medio de la nada. Recogíamos setas, íbamos a por huevos al gallinero..."
En abril de 2022, propuso a sus alumnos una yoga-rando en Port-Cros, donde conoció al responsable del sector.
Me habló de la marca y enseguida sentí una fuerte conexión con este entorno virgen y tranquilo, ideal para relajarse y cuidarse. Y con la gente que trabaja e invierte en él. Así que decidí implicarme. Se trata de organizar salidas con pequeños grupos, compartir información sobre biodiversidad, recursos locales, etcétera.
La gente vive al lado y no necesariamente conoce bien su entorno. Al ayudar a concienciar sobre la riqueza de esta zona, me implico en su conservación. Todo está conectado. Cuando empiezas a implicarte en el Parque Nacional, enseguida tienes la impresión de formar parte de una red porque compartes las mismas preocupaciones. Para mí, la marca representa una vuelta a lo básico. En la filosofía del yoga, decimos "soy de lo que me alimento": la tierra nos nutre, nos acoge, y tenemos que protegerla. De este modo, la marca acerca el yoga a la idea de que cuidar el medio ambiente significa cuidarnos a nosotros mismos. Esta asociación me abre las puertas para desarrollar mi práctica en la zona protegida de este territorio, es una gran oportunidad.
Al mismo tiempo,mis salidas permiten que la gente conozca la marca Esprit Parc National y quizá les inspire para ir más lejos en busca de este tipo de oferta y ubicación..



