El Mas de Langoustier****

Bisnieta de François-Joseph y Sylvia Fournier, Adèle Le Ber vivió toda su infancia en la isla de Porquerolles.

Pasé toda mi vida en el restaurante de mis padres, La Plage d'argent, pero pensaba que nunca trabajaría en este campo y entonces..

Adèle se fue a estudiar a Marsella. Tras licenciarse como capitana de la marina mercante, tuvo su primera experiencia en la náutica en Cannes Rápidamente comprendí que iba a volver a la hostelería" Trabajó varias temporadas en el Mas du Langoustier, otro establecimiento familiar, y en el Plage d'Argent, del que se hizo cargo su prima Charlotte Le Ber. Pero sentía la necesidad de profundizar sus conocimientos..

Entonces prometí a mi abuela Lélia perpetuar la tradición familiar y volver a trabajar en nuestros establecimientos para seguir desarrollándolos como ella había hecho.

A los 25 años, ingresó en la Escuela de Hostelería de Lausana. A continuación, realizó una serie de prácticas en hoteles de 5 estrellas de Ginebra, Tailandia y París.. En 2013, tras graduarse como sobresaliente en la EHL, asumió la dirección de un hotel en Chambord y luego de un hotel boutique de 5* en París. En 2015, aceptó la dirección del Villa Sainte-Anne en Porquerolles y emprendió la renovación del hotel-restaurante "manteniendo su espíritu y su carácter" . Con, ya, un enfoque eco-responsable afirmado que le ha valido al establecimiento la etiqueta Espíritu de Parque Nacional.

Un nuevo reto surgirá en 2019, cuando se marche el gerente del Mas du Langoustier, el hotel-restaurante de 4 estrellas del grupo familiar. Adèle y Charlotte se embarcaron en la aventura "con la misma voluntad de infundir una nueva dinámica a través de la renovación, pero también con una lógica medioambiental".

Emprendieron una importante labor para reducir los plásticos de un solo uso, abastecerse de productos ecológicos y locales y desarrollar una agricultura sostenible en la finca..

Desarrollo sostenible", insiste, "pero anclado en lo concreto, tratando de abarcar a proveedores, clientes y personal, y en colaboración con el Parque Nacional de Port-Cros.

Me doy cuenta de que mi visión ha evolucionado", concluye la joven directora, "de una actividad comercial a un enfoque global de gestión de un sitio frágil y de sensibilización... ¡Para hacer comprender que aquí el lujo es ante todo la naturaleza frágil que nos rodea!

*François-Joseph y Sylvia Fournier, propietarios de la isla de Porquerolles.